Alrededor del año 2000 el gobierno conservador de Islandia impulsó un radical programa de restructuración económica neoliberal dando comienzo a una apertura comercial indiscriminada y un amplio y acelerado proceso de privatizaciones y desregulaciones. En el sector financiero esto fue particularmente acentuado: los tres principales bancos de Islandia, el Glitnir, el Landsbanki y el Kaupthing, hasta entonces pequeñas entidades públicas –téngase en cuenta que la población total del país es de unos 330.000 habitantes- fueron privatizados, al paso que la legislación regulatoria de las ... (clic abajo en Más información)
finanzas y los bancos y las auditorías gubernamentales sobre el sistema financiero fueron considerablemente relajadas. Tal como lo afirma el narrador del excelente documental Inside Job, lo ocurrido en Islandia fue casi con seguridad el "más puro experimento jamás ensayado en materia de desregulación financiera." [1]Insertos de lleno en la dinámica especulativa del casino financiero mundial estos tres pequeños bancos que nunca habían operado fuera de Islandia obtuvieron préstamos –endeudándose, naturalmente- por valor de unos 120.000 millones de dólares, una cifra entre casi diez veces superior al producto bruto islandés. El resultado fue la conformación de una gigantesca burbuja que infló los precios de las acciones diez veces por encima de su valor anterior mientras que los inmuebles aumentaban casi al triple. Coherentes con este tipo de operaciones los bancos aconsejaban a sus clientes transferir sus depósitos a los nuevos instrumentos bursátiles ahora disponibles, para beneficiarse del auge de los negocios especulativos con inversiones realizadas en aquellas regiones del capitalismo globalizado donde hubiera mejores perspectivas de rentabilidad. Todo este disparate se llevó a cabo sin provocar la menor inquietud de las autoridades reguladoras islandesas. No sólo eso: una de las tres mayores firmas de auditoría contable del mundo, la estadounidense KPMG (que emplea a 138.000 profesionales para atender sus negocios en más de 150 países) auditó a los bancos islandeses y sus proyectos de inversión sin que sus sagaces expertos detectaran la menor irregularidad en sus operaciones, pese a un desorbitado endeudamiento que no sólo superaba los activos de los bancos sino varias veces el producto bruto de la isla. Peor aún, tan tardíamente como en Febrero del 2007, las calificadoras de crédito norteamericanas les otorgaron a esos bancos, ya abiertamente involucrados en operaciones especulativas a escala global, la máxima calificación posible: AAA. Una vez más se confirma que todo el entramado de instituciones financieras globales, comenzando por el FMI y el Banco Mundial y siguiendo con los bancos de inversión, las calificadoras de créditos, y las consultoras y auditoras internacionales, amparadas por las diversas agencias reguladoras nacionales no es otra cosa que una siniestra conspiración mediante la cual un grupo de ladrones y estafadores al servicio del capital -absolutamente inmorales y dispuestos a cometer cualquier crimen- planifica, organiza y ejecuta el despojo de los trabajadores a escala mundial.
Interesado en recoger las enseñanzas que se derivan del caso islandés, en enero de este año el sitio web www.nosimibici.com publicaba una nota sin firma en la cual saludaba los acontecimientos que estaban teniendo lugar en esa isla y hacía una prolija enumeración de los hechos principales ocurridos desde el momento en que se produjo el desplome de la economía islandesa.[2] La crónica incluía los siguientes ítems, algunos de los cuales hemos ampliado añadiendo nuevos antecedentes:
- A finales de 2008, los efectos de la crisis son devastadores. En octubre se nacionaliza Landsbanki, principal banco del país. El gobierno británico congela todos los activos de su subsidiaria IceSave, con 300.000 clientes británicos y 910 millones de euros invertidos por administraciones locales y entidades públicas del Reino Unido. A Landsbanki le seguirán los otros dos bancos principales, el Kaupthing el Glitnir. Sus principales clientes están en ese país y en Holanda, clientes a los que los gobiernos de esos dos países tienen que reembolsar sus ahorros por un monto de 3.700 millones de euros apelando a fondos públicos. A esta altura de los acontecimientos el conjunto de las deudas bancarias de Islandia equivale a unas diez veces su PIB. Por otro lado, la moneda se desploma y la bolsa suspende su actividad tras un hundimiento del 76%. El país está en bancarrota.
- El gobierno solicita oficialmente ayuda al Fondo Monetario Internacional, que aprueba un préstamo de 2.100 millones de dólares, completado por otros 2.500 millones que aportan algunos países nórdicos.
- Las protestas ciudadanas frente al parlamento en Reykjavik van en aumento. El 23 de enero de 2009 se convocan elecciones anticipadas y tres días después, los cacerolazos y las protestas desencadenan la dimisión del Primer Ministro, el conservador Geir H. Haarden, y de todo su gobierno.
- El 25 de abril se celebran elecciones generales de las que emerge un gobierno de coalición formado por la Alianza Social-demócrata y el Movimiento de Izquierda Verde, encabezado por la nueva Primera Ministra Jóhanna Sigurdardóttir.
- A lo largo del 2009 continúa la pésima situación económica del país y el año cierra con una caída del PIB del 7%.
- · Mediante una ley ampliamente discutida en el parlamento se propone la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que deberían pagar todos las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de interés. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum. En un gesto sin precedentes, en enero de 2010, el Presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, se niega a promulgarla y anuncia que llamará a una consulta popular. Tal como lo recuerda en un reportaje el periodista islandés Kristinn R. Ólafsson (corresponsal en España de Radio Nacional de Islandia) Grímsson es un ex político comunista que ya lleva ya 14 años como Presidente de la República. Esta situación fue la que originó la convocatoria del referéndum, para que los islandeses decidieran sobre la aprobación del acuerdo. La consulta popular tuvo lugar en Marzo de 2010 y el acuerdo IceSave resultó rechazado por el 93% de los votantes.[3]
- En represalia, el FMI congela las ayudas económicas a Islandia esperando que se resuelva favorablemente la devolución de su deuda.
- A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del Kaupthing, Sigurdur Einarsson. Según el ya mencionado Ólafsson hay unos 160 imputados y algunos se encuentran en prisión preventiva. ..
- En este contexto de crisis, se eligió una asamblea constituyente el pasado mes de Noviembre para redactar una nueva constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la constitución danesa. Para ello, se recurrió directamente al pueblo soberano. Se eligieron 25 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas. La asamblea constitucional tendría que haber comenzado sus labores en febrero de 2011.
- Sin embargo, la iniciativa se frustró pese a que el 27 de noviembre pasado fueron elegidos los 25 miembros del formalmente llamado Parlamento Constituyente Asesor. Pero tras los comicios, del cual participó sólo el 36,7% del electorado, tres de los candidatos que no fueron elegidos denunciaron irregularidades en la votación. El Tribunal Supremo, la más alta instancia judicial islandesa, con mayoría de jueces conservadores, los cuales habían sido nombrados por el anterior gobierno, decidió que la votación era nula por estas irregularidades. La solución a esta situación va a otorgarla finalmente el Parlamento, que será quien nombre a estos 25 elegidos, pero ahora no como miembros de un Parlamento Constituyente, sino de un Consejo Constituyente.[4]
- Y para terminar, otra medida "revolucionaria" del parlamento islandés: la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación, un proyecto de ley que pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de la libertad de información y de expresión. Se pretende hacer del país un refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de información donde se protejan fuentes, periodistas y proveedores de Internet que alojen información periodística. En suma, el infierno para EEUU y el paraíso para Wikileaks.
- Por último, en Abril de este año se convocó a un nuevo referendo para resolver la cuestión de la deuda con el Reino Unido y Holanda, centrada en las operaciones de IceSave. Pese a la intensa campaña del gobierno para que la población aceptara el pago de la deuda algo más de un 60 por ciento de la población mantuvo su negativa y, por lo tanto, la propuesta oficial fue rechazada. [5]
--
EngaJarte-blog
Nenhum comentário:
Postar um comentário